Por Gustavo Calle
“Si el poder nos mea en la cabeza, los medios convencionales dicen que está lloviendo”, sentenció en cierta oportunidad el maestro Rodolfo Walsh. Mucho más que un periodista: un trabajador de prensa y un luchador incansable, artífice de aquellas prosas que enaltecieron y enriquecieron las redacciones contrarrestando los mensajes panfletarios e invectivos del poder y sus subrogantes.
► El testimonio de María Laura Da Silva, delegada de los trabajadores de Télam
Hoy, después de tantos años y tantas pseudodemocracias transcurridas desde aquellas fatídicas jornadas de facto, la gestión macrista decide vulnerar un nuevo derecho de los trabajadores de prensa, como es la devastación de la agencia de noticias Télam, ente periodístico fundado hace 73 años (1945), dedicada no sólo a proveer información a nivel nacional sino también internacionalmente.
Con el anuncio de 354 despidos en todas las áreas y corresponsalías efectuado cínicamente por el titular del Sistema Federal de Medios, el ingeniero civil y empresario Hernán Lombardi -a través de un arlequín de la comunicación al servicio de las necesidades del poder, como es Jorge Lanata-, no sólo se pone de manifiesto un proyecto económico como herramienta de vaciamiento y obediencia a los sectores de poderío, sino, principalmente, una maniobra perversa y vil estrechamente ligada al ideario goebbeliano de acallar voces independientes, para recurrir, a cambio, a aquellas alineadas al “miente, miente, que algo quedará”. Exampla nazi que traduce la nefasta y aborrecible frase de Lombardi de imponer con nuevo personal en Télam “un periodismo objetivo”, razón inexistente no sólo en la profesión, sino en la cualidad humana.
Conferencia de prensa de los trabajadores de Télam (agradecemos a La Retaguardia por el material)
A tal punto llegan las imposturas e impostoras acciones del Gobierno junto a sus aliados empresarios, que no es casual que similares acontecimientos se sucedan en emisoras históricas como Radio Rivadavia (que alcanza al remate de sus instalaciones) y Radio Del Plata (también con despidos de trabajadores y falta de pago de salarios).
“La madre del periodismo”, como son por significado y significante las agencias de noticias, conforman el útero donde se engendran y se dan forma periodística a las informaciones emanadas de noticias más o menos interesantes o munidas de ciertas complejidad social que ameritan ser difundidas al colectivo de las comunidades.
EL TELAMpazo de Lombardi, en 10 claves
*Hasta hoy (lunes 2), son 254 los trabajadores oficialmente despedidos
*No es casual que Hernán Lombardi haya comunicado a través de Jorge Lanata sobre 354 despidos y no lo haya hecho efectivo como correspondía
*Provincias como Chaco, por ejemplo, se quedó aislada periodísticamente, porque la corresponsalía resultó totalmente devastada
*Las corresponsalías de Misiones, Catamarca, Chubut, Formosa y Río Negro, entre otras, también resultaron vaciadas
*Los trabajadores anunciaron una profundización de la lucha, con toma de las instalaciones de la agencia y exigiendo que Hernán Lombardi detalla motivos de su execrable accionar
*Los trabajadores repudian las declaraciones de Lombardi con respecto a la llegada de un supuesto “nuevo periodismo” a la agencia de noticias
*La misma denuncia la elevan, en cuanto a las expresiones de un inexistente “periodismo objetivo”, que para el poder político-económico no es otra cosa que acercar comunicadores sociales alineados al gobierno y que recreen sus mensajes
*La situación fue definida por la delegada María Laura Da Silva, como “histórica, ya que jamás Télam sufrió estas inclemencias”
*El sector de Infografía de la agencia ya está desierto, producto de los despidos
*Similar situación que en Télam atraviesan emisoras como Radio Del Plata, Radio Rivadavia y distintos medios gráficos.
Que un gobierno decida cerrar corresponsalías y despedir a sus trabajadores de una agencia nacional es por lo menos un acto aberrante y digno de censura y repudio. Un pletórico ataque a la libertad de expresión, para impulsar la llamada libertad de prensa, inexistente como definición y correlato para el mundo laboral y profesional periodístico, pero muy identificable y conveniente para el espectro empresarial. Sobre todo si se tiene en cuenta que Lombardi y sus aliados pretenden imponer en Télam un “cambio” que en nada tiene a un enriquecimiento de la comunicación y un revolver a las fuentes de aquellos grandes maestros del periodismo, como lo fueron, entre otros, Walsh, Roberto Santoro, Dante Panzeri, Osvaldo Soriano, Emilio Jáuregui u Osvaldo Bayer, para no extendernos en verbigracias. Es decir, un desaguisado para colocar “periodistas objetivos” que estén al servicio y sean una herramienta (“objeto”) de difusión de los órganos de poder alineados a la gestión político-económica imperante. A su declamación y a su antojo.
“Miente, miente, que algo quedará”, resucitada y reencarnada frase goebbeliana que trasciende fronteras y arriba a este momento histórico infortunado comandado por este macrismo, engendro amorfo del capitalismo tardío de comienzos de siglo.